Saturday, September 02, 2006

Pobreza Cultural de Chile

En Chile:
Pobreza cultural: ¿a quién le interesa?

El arte y la cultura conforman la cuna de un país. No obstante, muy pocas son las personas o instituciones que se dedican a contribuir al desarrollo educativo de los chilenos. Aunque muchos lo ignoren, luchar contra el déficit cultural le interesa sólo a unos pocos.


Hace 13 años, cuando Milan Ivelic asumió como Director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), se reunió con los directores de prensa de los canales de televisión abierta. En dichas ocasiones, pidió un par de minutos, cada 15 días, del noticiario central para que él mismo no sólo mencionara las actividades del Museo, si no además, hiciera un comentario sobre algún hecho substancial para la ciudadanía. “A pesar de que hablé con cada uno de ellos, nunca obtuve una respuesta positiva”, reveló.

El acceso a la cultura se percibe como más fácil que hace una década atrás, según una encuesta realizada, el año pasado, en conjunto por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Sin embargo, el mismo estudio constató que los chilenos poseen un nivel muy bajo de consumo de actividades culturales.
De la medición citada, se desprendió que el 40,7 por ciento de los encuestados leyó un libro, durante el último período; mientras, el 20,2 por ciento asistió a una función de teatro; y sólo el 12,6 por ciento había visitado un museo. Los porcentajes más altos se los adjudicaron las actividades: ver televisión, con un 96,35 por ciento; y escuchar música, con un 95,4 por ciento.

¿Qué ofrece la pantalla chica?
Si la actividad más demandada es ver televisión, sería importante saber qué géneros son los que determinan su programación, a fin de conocer qué es lo que realmente ven los chilenos.
Un estudio estadístico de televisión abierta, realizado –el año pasado- por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV), dio a conocer que las emisiones de carácter misceláneo lideran la parrilla de los canales nacionales, con 21,1 por ciento. Le siguen los espacios informativos, con 17,6 por ciento, y las telenovelas, con 11,6 por ciento. Variedades como los dibujos animados, las películas, videoclips, documentales y reportajes se encuentran por debajo del 10 por ciento, incluido el reality show –género incorporado a la tipología en el 2003- que tiene un 6,4 por ciento de exhibición.

Los objetivos básicos de la televisión son: informar, entretener y educar. No obstante, vemos que los géneros con mayor asidero en la programación de los canales chilenos no son los educativos. Más bien, la entretención, diferente de la enseñanza, es el ápice de la pantalla chica. Milan Ivelic así lo afirmó: “Nosotros tenemos un tremendo desafío: el cómo poder ser buenos gestores de la cultura (...), pero en ese camino tú te encuentras con numerosos enemigos, entre otros, la televisión, porque nivela hacia abajo”. Y agrega: “Ellos no se han dado cuenta de la responsabilidad ética que tienen, cuántos hogares están siendo influidos. La televisión se ha transformado en el primer invitado del hogar, y con eso no vamos a lograr cambiar las condiciones”, criticó.

Quienes patrocinan el desarrollo cultural de la sociedad, no son los únicos en criticar el contenido de la pantalla chica. Una encuesta realizada por el CNTV, en el 2005, sobre Televisión y Mujeres –estudio que también incorporó la opinión de los hombres- reveló que de las dueñas de casa consultadas el 83,8 por ciento ve televisión abierta todos los días. En segundo lugar están las mujeres que trabajan o estudian fuera de la casa, con un 79,6 por ciento, y finalmente los hombres, con un 76,3 por ciento.
Los tres grupos coinciden en la baja del porcentaje, respecto de la misma encuesta realizada en el 2002, cuando responden si están satisfecho con lo que ven en las pantallas. Con más de un 40 por ciento, la principal razón de tal baja es la ‘’mala calidad’’, le sigue la “escasez de programas culturales”, con más del 30 por ciento, y por último el “exceso del lenguaje grosero”, con un promedio de 20 por ciento aproximadamente.

Interés de pocos
La Cámara Chilena del Libro, en su ISBN Informe Estadístico 2005, publicó que el total de títulos registrados alcanzó los 3.565, aumentando en 13,14 por ciento en relación al año 2004. la Literatura mantiene el liderazgo de ser la materia más editada al lograr 1.107 títulos. El mismo reporte, indicó que la Literatura chilena creció 14,80 por ciento respecto del estudio anterior.

Las cifras son alentadoras. Sin embargo, no se puede dejar de considerar el hecho de que otras actividades están reemplazando el intelecto de la población. “Las chilenas y los chilenos no tiene hábitos de frecuentación de espacios culturales. Y eso está directamente relacionado con un tema mayor, que es un sistema económico que privilegia fundamentalmente la obtención de bienes materiales”, sentenció Ivelic.
“Nuestro país, que desde el punto de vista económico todavía es un país pobre (...), una gran masa de habitantes de Chile tiene que hacer tremendos esfuerzos por sobrevivir (...), por lo cual no logra encontrar un tiempo personal. El tiempo que tienen está dedicado a conseguir una remuneración, cualquiera que sea”, juzgó el actual Director del MNBA. En ello coincide Ximena Villanueva, encargada de prensa del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). “Creo que el problema está en cuando se tiene que pagar por ir a un museo o una galería, el consumir actividades culturales. El día domingo, que tenemos entrada liberada, el MAC se llena, no así durante la semana”, destacó.
Lo cierto es que la cultura no está en el ideario o en la meta de la sociedad. Un factor a considerar si Chile pretende ser algún día un país desarrollado.
Por su parte, los artistas ven con mucha más preocupación este déficit cultural, con miras al futuro, pues les afectaría transversalmente. “A mí me va bien con mis exposiciones, pero es cierto que Chile no es un país rico, culturalmente hablando, y eso siempre será signo de inquietud. Uno se dedica a esto y muchos hacen del arte una forma de vida”, sostuvo el pintor Cristián de Pablo.

En la década de los 90, el Museo Nacional de Bellas Artes recibía 50.000 visitas al año. Hoy, 700.000. El cambio se produjo. Pero cabe preguntarse cuánto es necesario o, al menos, suficiente.
Lo único cierto es que nuestro país ya está viviendo un crisis en materia cultural. “¿Somos cultos los chilenos?” es el título de un estudio de opinión pública, realizado por la Fundación Futuro, el 2005. De allí se desprende que de 28 preguntas hechas a los consultados, nadie las contestó todas correctamente. “Para que este déficit deje de ser y podamos empezar a escalar posiciones hay que provocar reajustes en la totalidad del mundo que nos rodea: económico, político, social y educacional. No se trata de un problema específico”, sentenció Ivelic.
Calificado de uno a siete, la nota general de la encuesta arrojó un 4,2. El año anterior había sido un 3,7. Nada muy distinto. Para sellar los datos: Arte, Economía e Historia de Chile fueron las materias reprobadas absolutamente.

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